La Dra. Nora Cardona Castro, una médica consagrada que ha combinado en sus 30 años de trabajo la investigación científica y la escritura literaria, es una docente que ha dedicado parte de su tiempo a enseñar con el corazón.
Desde su niñez estuvo interesada en poder ayudar a las personas, un entusiasmo que la llevó a estudiar medicina y ser profesora. La mayoría de sus trabajos de investigación son hechos con estudiantes de la Maestría en Medicina Tropical de la Universidad CES en Medellín, y ha empleado su experiencia investigativa para escribir una corta novela, llamada Sano Abandono.
Tras su paso por Harvard Medical School, la University of Texas Health Science Center at Houston y sus estudios en el London School of Hygiene and Tropical Medicina, esta egresada y docente CES abrió un capítulo aparte en su trayectoria académica para plasmar con su puño y letra en la escritura las historias que ha encontrado en su investigación.
El comienzo de su profesión…
¡En el colegio nos vemos!, exclamaba fuertemente la pequeña Nora desde el balcón de su casa, ubicada en el municipio de Medellín, a las colegialas que pasaban por la calle de su cuadra.
Cuando apenas tenía 4 años de edad, la Dra. Nora jugaba a ser estudiante con dos libros en sus manos dados por su padre. La diversión empezó cuando su madre le cosió un pequeño vestido rojo, que simulaba el uniforme de un colegio cercano, con el que salía al balcón y saludaba a todo aquel que pasaba.
“Cuando era pequeña, mi papá hacía su pregrado en veterinaria y se sentaba conmigo a estudiar, o bueno hacía el intento. Yo me tomaba en serio las tareas que él me ponía, como dibujar una vaca. Mi padre es mi inspiración para ser docente, ¿cómo podría yo enseñar para que los estudiantes desarrollen sus capacidades?”, manifestó la Dra.
El animo de ver cómo enseñaba y aprendía de su padre llevaron a esta antioqueña a estudiar Medicina, una profesión que siempre quiso ejercer con disciplina. Graduada del pregrado y culminando con su especialidad en Medicina de laboratorio, ella se vio enfrentada, por primera vez, al reto de enseñar en dos pregrados de la Universidad CES, Medicina y Odontología.
En el camino de su docencia, hace 20 años se encontró como alumna a la Dra. Miryan Margot Sánchez Jiménez, quien ahora es su amiga y compañera de trabajo y destaca que: “la Dra. Nora confía en sus estudiantes, nos escucha y hace críticas constructivas que ayudan a la formación. Yo le doy gracias a ella por haberme guiado y ser mi mentora durante mi tesis en la maestría”.
Adicionalmente, la docente de Medicina, a partir de su graduación y títulos obtenidos en Colombia y el exterior, ha desarrollado un campo de investigación en cuanto a la lepra, una enfermedad que ha afectado a la humanidad desde hace varios siglos atrás. Esta dolencia movió sus intereses emocionales y despertó su inquietud por la investigación.
“En 30 años que llevo ejerciendo mi profesión he desarrollado un proceso de búsqueda en lepra. Esta enfermedad me ha parecido estigmatizante, dolorosa y que me marcó como profesional. Yo estudié medicina con el ideal de poder ayudar a alguien, y me encontré con la lepra”, dijo.
Sano Abandono…
Aproximadamente en los años 2000 la Dra. Nora llevó a cabo una investigación en el leprosorio, lugar donde se refugian los infectados con lepra, de Agua de Dios, un pequeño municipio ubicado en el suroccidente del departamento de Cundinamarca en Colombia, fundado en 1870. A partir de esta experiencia, la docente decidió redactar una corta novela, que tituló Sano Abandono.
La novela relata la historia de una mujer joven con lepra que debe seguir las leyes de los años de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, impuestas por el gobierno y la sociedad de Colombia y el mundo entero.
Asimismo, esta se basa en hechos históricos reales donde se discriminaban y se abandonaban a quienes contraían lepra en centros de leprosos. Además, cuenta la historia de la medicina, cuando se inició el conocimiento microbiológico de la causa de la enfermedad y se enfrentó con las creencias religiosas del castigo divino y otras causas que se atribuían a esta enfermedad
“En Agua de Dios conocí una señora que ya era mayor, y había sido recluida en el leprosorio desde sus nueve años de edad. Ella fue llevada por sus padres por padecer la enfermedad cumpliendo la ley de reclusión y a través del tiempo no solo perdió la visión, sus manos, sus capacidades de locomoción, no volvió a saber nada de su familia. Tuve la necesidad de escribir una novela para contar lo que ha sido la vida de los pacientes con lepra”, comentó.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a nivel mundial para 2015 se registraron 211.973 nuevos casos de lepra y en América Latina 33.789, afectando 24 países con algunos de más de 100 casos por año, entre los cuales está: Colombia, Argentina, Cuba, México, Paraguay, Venezuela, Brasil, entre otros.
La inspiración para escribir fluyó de todos los casos de lepra que conoció en Agua de Dios y en Contratación, otro leprosorio ubicado en Santander, donde evidenció que las personas recluidas habían sufrido un Sano Abandono.
El nombre de Sano Abandono, nace de la renuncia que hacían las familias a los infectados, donde las personas recluidas en el leprosorio no volvían a tener contacto con sus parientes, ni sabían de ellos, morían solos.