Miembros del Grupo de Investigación de Labio y Paladar Hendido –CESLPH- de la Facultad de Odontología, acompañados por docentes de la Facultad de Psicología, calibraron por primera vez un instrumento para detectar trastornos temporomandibulares pero en niños.
Los trastornos temporomandibulares son aquellas enfermedades que causan dolor o una disfunción en la mandíbula. Según lo señaló la doctora Claudia Restrepo Serna, docente de la Facultad de Odontología, el instrumento para detectar estos trastornos, conocido por el nombre de Criterios Diagnósticos para Trastornos Temporomandibulares, solo estaba validado para adultos.
“El instrumento consta de dos partes. Una es un cuestionario que nos dice como es el dolor del paciente y si hay limitación en la función. La otra parte es una guía para hacer un examen en el paciente y consignar los datos en una especie de formulario. Luego con un árbol diagnóstico (algoritmo) la combinación de la historia y el examen clínico, nos lleva a saber si el paciente tiene trastornos temporomandibulares”, explicó la doctora Restrepo.
La docente añadió que los criterios que existían para evaluar a adultos era difícil usarlos en niños. Con el trabajo que empezaron en el año 2015, adaptaron los parámetros de medición y luego empezaron a hacer pruebas. Las pruebas incluyeron a más de 100 niños entre los 6 y los 11 años, a los que se les aplicaron nuevos criterios de medición, adaptados por los investigadores, que permitieran que este nuevo instrumento detectara problemas temporomandibulares.
“A nivel académico estamos abriendo una nueva rama de investigación en la que se podrán evaluar los trastornos en niños para realizar tratamientos de prevención clínicos desde una etapa temprana esperando mejores resultados para manejar estos problemas cuando la persona llegue a la adultez”, manifestó Natasha Suárez Carvajal, odontóloga que acompañó la investigación en su etapa de pruebas.
La participación de la Facultad de Psicología estuvo a cargo de la docente Nadia Moratto Vásquez, quien participó en la formulación de los cuestionarios de preguntas que se les hicieron a los niños y que permitieron analizar respuestas sobre posibles desajustes.
La investigación se extendió a lo largo de cinco años y fue un encargo de la Asociación Internacional para la Investigación Dental, (IADR, por sus siglas en inglés), que en el 2015 le asignó la tarea a la doctora Claudia Restrepo, al ser una de las integrantes de esta asociación y quién abogó por tener un instrumento especializado en niños. Los resultados fueron publicados en marzo de 2020 en Journal Of Oral Rehabilitation.